La jornada comenzó a las 10 de la mañana y terminó a las 9 de la noche. Al principio parecía que iba a ser super agotador... Pero la verdad es que los dos le sacamos mucho provecho! Patricia se pasó llorando pero bueno... un detalle!! Los dos nos sentimos muy a gusto compartiendo nuestra experiencia con personas que nos dieron lo mejor de ellos sin prejuicios. Pasamos el día reflexionando sobre distintos aspectos de nuestra relación así como de nuestra vida como cristianos.
Muchas veces por la locura propia de la vida diaria uno se aleja de esta comunidad que es la iglesia y hasta pasan años sin que uno vuelva a Dios, pero nunca es tarde para hacerlo y entender que Él está con nosotros en las cosas más simples y nos ha dado la vida y la posibilidad de amar... algo que no todos tienen el privilegio de sentir... Daniel y yo después de reflexionar y pensar sobre muchas cosas, nos dimos cuenta que Dios siempre ha estado a nuestro lado guiandonos.
Hoy... yo (Patricia) me siento más que nunca unida a Daniel como el hombre con quien quiero vivir hasta el último de mis dias.
